lunes, 21 de mayo de 2018

LOS ESCRIBAS


¿Y como sabemos lo que decíamos en el artículo anterior? Gracias a los escribas sumerios, únicas personas que sabían escribir, aparte de dioses y reyes, cada uno de los cuales estaba especializado en determinados temas.


Aparte de los sumerios, aparecen después los egipcios con casi el mismo orden y un idioma diferente regido por el dios Ra que en sumerio era el dios Marduk jefe supremo de los Anunnaki conseguido por la fuerza de la guerra. En Egipto los escribas se formaban en los templos y tenían un alto estatus siendo el más elevado el escriba del faraón.

Al igual que en Sumeria, en Egipto, los sacerdotes eran los depositarios del conocimiento y eran los dueños de las escuelas transmitiendo algo de su saber a quienes ellos consideraban oportuno salvo a los reyes y príncipes que lo hacían por obligación.

La enseñanza se recibía en una escuela especializada, el EDUBBA/bït tuppi (m) (“casa de las tablillas”) en la época de Ur III. Estas escuelas dependían, casi siempre, de un palacio o un templo (en este caso la enseñanza corría a cargo de un sacerdote), verdaderos templos de sabiduría, que servían para formar a las futuras plantillas de la administración de un reino. Pero no siempre el organismo de enseñanza dependía del Estado: se formaban escribas, sobre todo, en los templos, y existían también, algunas escuelas privadas abiertas por algún escriba que trabajaba por su cuenta.



Los estudios en estas escuelas eran muy caros, por lo que estudiar en ellas constituía un verdadero privilegio reservado para las clases más ricas, y estaban, asimismo, reservadas sólo para los hombres (muy pocas mujeres llegaron a ser escribas). Las escuelas, en la época de Ur III estaban dirigidas por un UMMIA/ummanu(m) (“especialista” en sumerio), llamado “padre de la escuela” (los alumnos eran los “hijos” de la escuela). Era ayudado por un maestro llamado “gran hermano” encargado de vigilar a los alumnos y de sus estudios. El “gran hermano” podía, al mismo tiempo, especializarse en algún tema preciso. Tenían, también, unos servidores como los “encargados del látigo” que se ocupaban de la disciplina en la escuela. Los castigos corporales eran, efectivamente, normales y aceptados. Algunos textos explican la dura vida que llevaban los estudiantes: trabajo agotador (levantarse a la salida del sol, con una pausa para la comida y un poco de reposo) castigos corporales (con el látigo), la férrea disciplina impuesta.


Durante los primeros años de escolaridad (un poco más de seis años) el alumno tenía que aprender a leer, escribir y contar. Aprendía a manejar el cálamo.El cálamo (del latín: calamum, griego: kalamos κάλαμος) es una caña hueca, cortada oblicuamente en su extremo, que se utilizaba para escribir en la antigüedad, y las tablas, realizaba trabajos de copia, de signos y, más tarde de textos, para aprender a escribir se iniciaba en el sumerio (el conocimiento de este idioma era necesario, inclusive después de su desaparición), en la ortografía y en las reglas gramaticales, además de aprender también, cálculo.


Una vez adquirida la formación básica (dos años aproximadamente), se pasaba a la enseñanza más práctica. La enseñanza estaba destinada a la formación de escribas, especialmente para las cuestiones administrativas. Su primer objetivo era el de enseñar a los futuros escribas todo lo concerniente a la contabilidad y a las matemáticas en general, la redacción de textos jurídicos y administrativos, religiosos, secretariado, etc. Aprendían así, la práctica de las lenguas extranjeras (gracias a los diccionarios bilingües), en el caso de que el escriba quisiera dedicarse a la traducción. Una vez concluidos los estudios, los escribas podían trabajar en un palacio, un templo, o en casa de algún ricohombre como secretario o contable.

Los escribas del antiguo Egipto eran los encargados de inscribir, clasificar, contabilizar y copiar, utilizando varios tipos de escritura, como la hierática o demótica, que permitía escribir rápidamente, con la ayuda de un cálamo sobre papiros u ostracas (Ostracon u Ostrakon del griego: ὄστρακον óstrakon, cuyo plural es ὄστρακα, óstraka es una concha o fragmento de cerámica sobre el que se escribía el nombre del ciudadano condenado al ostracismo –destierro-)






Su atuendo era simple, una falda hecha de lino o algodón. Los escribas pertenecían a una casta especial. En Egipto, el buen funcionamiento del Estado reposaba, esencialmente, en los escribas. Administradores, contables, literatos o escribanos públicos, estos maestros del cálculo y la escritura eran omnipresentes. Trabajaban en todos los departamentos de la administración, llegando incluso a ser escribas reales, dominando la administración central.





En principio, los escribas eran escogidos entre aquellos privilegiados que habían sido formados en el entorno de la familia real. Al final del Antiguo Imperio, el desarrollo de la administración conllevó la aparición de una casta de escribas. Los cargos se transmitían, generalmente, de padres a hijos. El célebre texto titulado “De la enseñanza de Jety” habla de un oficio noble.
Eran muchos los padres de familia que consideraban que para sus hijos, “no había trabajo más hermoso que el de escriba”. Educados en una casa de vida, que dependía de un templo, los escribas aprendices estudiaban, de los cinco años a los diecisiete años, la escritura jeroglífica e hierática, gramática y textos clásicos, además de aprender Derecho, idiomas, historia, geografía y contabilidad. Eran muy pocas las personas que sabían leer y escribir, apenas el 5% de la población, de ahí la importancia del trabajo de los escribas
Los escribas, antes de comenzar su trabajo, rezaban una plegaria a Dyehuty (Tot), su patrón. Siempre servían al Faraón.



1 comentario:

unsain dijo...

Muy interesante!!!. una super información de su sociedad y deduzco que la gran diferencia con la nuestra es que la cultura se ha expandido a todas las clases y el gran invento de internet es que ha llegado a muchos, con lo cual el poder bajo mano estará intentando manipular y controlar..¿¿¿???.