miércoles, 23 de mayo de 2018

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL



ORIGEN DE LA ESCUELA PARA LA CLASE OBRERA

La escuela, tal como la conocemos hoy, es una institución relativamente nueva. Aunque existen antecedentes, ésta se origina y consolida en el marco de la modernidad, es decir, comienza a esbozarse a partir de los siglos XVI y XVII para finalmente consolidarse a partir del siglo XIX. Durante la segunda mitad del siglo XVIII uno de los eventos que influyó de manera crucial -junto con otros factores- en la conformación de la escuela moderna fue la Revolución Industrial, la cual dio  paso a la pedagogía moderna y a novedosas formas de organización escolar.


La Revolución Industrial, básicamente, representa un cambio en las relaciones económicas y por ende, en la dinámica social. La tierra deja de ser el centro de la economía para dar paso a las fábricas, las cuales estaban ubicadas en las ciudades. Esto produjo un incremento de lo urbano debido al desplazamiento de gran número de  personas que abandonaban sus rutinas artesanales y campestres para venir a la ciudad en busca de nuevas oportunidades económicas, trayendo como consecuencia un rápido y descontrolado incremento de la población urbana.


En este contexto, surge la educación como una herramienta propicia para el disciplinamiento (orden-control) de la nueva población urbana. Se despertó un mayor interés por la educación elemental  y finalmente se estableció la escuela como un espacio cerrado por el que debían pasar todos los jóvenes para ser educados. El modelo que se seleccionó e implementó, luego de varias consideraciones,  fue el de las escuelas de los hermanos de la Salle.


La pedagogía “lasallana” se basa fundamentalmente en la disciplina del cuerpo infantil, por lo cual se procuraba en esencia controlar a los niños hasta en sus más mínimos movimientos. Para ellos la educación física es inseparable de la intelectual. Por tanto, en estas escuelas había que llevar siempre la cabeza derecha, con el rostro alegre, ojos bajos, frente sin pliegues, brazos cruzados. El silencio era la regla y ni siquiera el sonido de los pies era permitido. Otra de las características de estas escuelas era la aplicación del método de enseñanza simultánea, rasgo fundamental de la pedagogía moderna.
También se comenzó a implementar el método de enseñanza mutua o método lancasteriano, el cual permitía enseñar a gran cantidad de niños (hasta 1000) al mismo tiempo y en el mismo espacio físico. Esta metodología resultaba ser rápida y económica para el logro de la masificación escolar que se propusieron empresarios y altos funcionarios de estado. De esta manera, se lograrían educar al mayor número de niños en el menor tiempo y con los menores recursos posibles.


A la incorporación de la Escuela Fábrica en 1802 se empezó a implementar una pedagogía acorde a los obreros de la Revolución Industrial que actuaba sobre el cuerpo del niño, lo disciplinaba, se intentaba lograr un orden, instalar una postura correcta, el silencio y la sumisión hasta cuando no lo estaban observando. La disciplina tiene un carácter preventivo. Con esta concepción, se cuestiona el método global y surge el método mutuo alfabetizar a muchos niños en poco tiempo con el objetivo de moralizar, domesticar e integrar a los trabajadores del mañana.


Por otra parte, la escuela se establece como obligatoria para los niños que trabajaban en las fábricas, con el fin de asegurar puestos de trabajo para los adultos. Además se buscaba proteger a la infancia con el  fin de:
-          Ganar en disciplina.
-          Mejorar el trabajo productivo
-          Dulcificar las costumbres
-          Apartarlos de las reuniones de la fábricas
-          Evitar que vagabundearan por las calles y
-          Ajustar sus ritmos de vida al cumplimiento de horarios.

En este sentido, se evidencia que la idea era preparar un gran y poderoso ejército de trabajo con la ayuda de la escuela. Concepción que aun subyace en la pedagogía de gran parte de las  instituciones educativas tradicionales.

Esta segmentación, el surgimiento de la legislación reguladora del trabajo infantil en las fábricas, la creación de escuelas de fábricas, la acción educativa de filántropos y congregaciones religiosas, la expansión del sistema masivo de enseñanza mutua y muchas otras cosas ayudaron y contribuyeron a la expansión de la escolarización.



Finalizando el S XIX las organizaciones obreras ya poseen un creciente desarrollo y se perfila una tendencia hacia los sindicatos y las corporaciones de clase. El estado intenta poner en marcha una estrategia de pacificación, propulsando la integración de la clase obrera y poder mantener el orden social

Seguros y contratos de trabajo, limitación de jornadas de trabajos, incremento de salarios, etc. Las instituciones de los hijos de trabajadores aparecen, para el Estado, como uno de los dispositivos más eficaces para moralizar.




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